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Eduardo Galeano: sentipensante

1 de marzo del 2020

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EFE. Artistas del Colectivo Boa Mistura pintan un mural en el Centro Dramático Nacional, Madrid.

Sentipensante

        Eduardo Germán María Hughes Galeano, más conocido como Eduardo Galeano, nació en Montevideo, Uruguay, el 3 de septiembre de 1940. Serían necesarios 18 libros y cientos de artículos periodísticos para dar una imagen suficientemente nítida de quién fue Eduardo Galeano. Como escritor, como periodista y como persona, Galeano buscó definirse, encontrarse, a lo largo de toda su vida. Al final, a falta de una definición mejor, él eligió la de sentipensante: aquel que “siente y piensa a la vez”, que “dice con el corazón y la razón” ¿Acaso Galeano inventó ese término para poder describirse? No. Según cuenta él mismo sentipensante fue un término que aprendió de los pescadores colombianos de la región del Caribe.

 

Compromiso social: el periodismo

A los 20 años, Galeano ya era secretario de redacción del semanario Marcha, periódico uruguayo de izquierdas de tirada nacional. Más tarde sería director del diario Época y después fundador de Crisis en Buenos Aires. Después de un largo exilio en España, al que fue conducido por las dictaduras que vivieron Argentina y Uruguay en los años setenta y ochenta, Galeano regresó a Montevideo y fundó el periódico Brecha, donde escribió junto a periodistas como Hugo Alfaro, Mario Benedetti o Carlos María Domínguez. Desde los inicios de su carrera y fuese en el periódico que fuese, Galeano siempre mostró su preocupación por los oprimidos de cualquier parte del mundo. Así, escribió artículos sobre la dictadura paraguaya, o la deforestación del Alto Paraná. También escribió sobre Guatemala los conocidos artículos "Guatemala, clave de Latinoamérica" y "Guatemala, país ocupado". Escribió sobre Cuba, sobre Nicaragua y sobre Uruguay. Pero no solo escribió sobre América Latina. Una de sus causas más antiguas fue el problema saharaui, el abandono de ese pueblo por el gobierno español y la invasión marroquí del Sáhara. A fin de cuentas, podríamos resumir el compromiso social de Galeano en una frase suya: “el mundo se divide en indignos e indignados”, y él siempre quiso estar del lado de los indignados.

Las venas abiertas

En 1971 se publica Las venas abiertas de América Latina, el primer libro de Galeano. Y aunque, años más tarde, el mismo escritor diría de su obra más conocida que no volvería a leerla porque “esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima”, lo cierto es que es un libro que no dejó indiferente a América latina ni al mundo. Las venas abiertas de América Latina se convirtió en un referente para la izquierda revolucionaria latinoamericana. En él, Galeano hace un análisis histórico y económico del continente, denunciando el continuo saqueo y opresión a la que Latinoamérica ha sido sometida por los distintos poderes imperialistas. Siete años después de la publicación del libro, en el año 1978, Galeano se encontraba en el exilio en Barcelona, y países como Chile, Argentina, Uruguay o Brasil vivían dictaduras amparadas por el gobierno imperialista de los Estados Unidos.

El exilio y la verdadera historia de América Latina: Memoria del fuego

Fue durante el exilio que sufrió Galeano, y que lo llevó a vivir en España, cuando nació Memoria del fuego y fue un poema escrito por Constantino Cavafis el que le dio la idea de reescribir la historia de América Latina. Pero esta vez la idea no era escribir una historia basada en gobernantes, militares, batallas y conquistas. Esta vez se trataba de escribir la historia de la gente de América Latina, la historia de apoyo mutuo y supervivencia, de tradiciones y culturas milenarias. Una historia donde los protagonistas fuesen hombres y mujeres a partes iguales. Una historia escrita por y para los indignados en lugar de por y para los indignos. La historia de América Latina “por el ojo de la cerradura”.

Criticas y elogios

Durante toda su vida, Galeano vivió como latinoamericano, como miembro de la patria grande, y eso, junto a su ideología política, lo llevó a involucrarse en todas las revoluciones sociales que vivió América Latina mientras él estuvo vivo. Desde la revolución de Cuba hasta la de Venezuela, pasando por Guatemala, México, El Salvador, Bolivia, Nicaragua, Chile etc. En todas se involucró a través de sus escritos, pero también participando en actos y desplazándose al país en cuestión para poder conocer la situación. Sin embargo, él, que siempre se consideró amigo de las revoluciones sociales, siempre aplicó con ellas una máxima que aprendió de Carlos Fonseca Amador. Así, durante la inauguración del premio "Casa de las Américas 2012" en Cuba, Galeano afirmó:

Esta casa es mi casa. La casa nuestra. Y porque así la siento y así la sé, he sido y seguiré siendo su siempre amigo, de acuerdo con aquella definición de la amistad que nos legara Carlos Fonseca Amador, fundador del Frente Sandinista en Nicaragua, cuando Carlos dijo que el verdadero amigo, el amigo de verdad es el que critica de frente y elogia por la espalda.

Las mujeres

Las mujeres, y la discriminación de la cual son víctimas, siempre fue uno de los temas recurrentes en la literatura de Eduardo Galeano, que se esforzó durante toda su carrera no solo en denunciar las injusticias cometidas contra las mujeres, sino también en luchar contra la invisibilización histórica y presente de la que también han sido y son víctimas. Así, por ejemplo, la mayor parte de las historias que contiene Los hijos de los días tienen por protagonista a una mujer.

No contento con reescribir la historia para que en ella el papel de las mujeres fuese al menos tan importante como el de los hombres, Galeano se atrevió a contar la verdadera historia de Adán y Eva. En Patas arriba. La escuela del mundo al revés, Galeano dio por primera vez voz a Eva. Voz que había sido enmudecida a través de los siglos. Así, Eva pudo contarnos que “ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que: “parirás con dolor y tu marido te dominará”. Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa.”

Una carta del Salvador

En una carta que recibió Eduardo Galeano en su casa de Montevideo se le explicaba que en 1984, en la batalla de Chalatenango, el ejército Salvadoreño había disparado por la espalda a un guerrillero. La bala que acabó con la vida de aquel joven guerrillero, que no alcanzaba la edad de 20 años, había atravesado antes la mochila que el joven portaba, y así, la bala había atravesado un libro dejando un agujero de tapa a tapa. Junto a la carta se encontraba el libro en cuestión, Las venas abiertas de América Latina. Un capitán del ejército guardó el libro hasta que pudo hacérselo llegar a su escritor.

Quizás esta anécdota en torno a la muerte de un guerrillero salvadoreño anónimo ilustre la importancia que tuvo Las venas abiertas de América Latina entre "los nadies":

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.


Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica Roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

 

El desafío

Hasta el final de sus días tuvo claro cuál fue el reto más importante al que jamás tuvo que enfrentarse como escritor. Aquel que le mostró la importancia de elegir bien las palabras y la dificultad que entrañaba el acto de narrar. Aquel que le enseño que para contar historias había que ser digno de las palabras que uno iba a utilizar. No fue la redacción de ninguno de sus libros ni de sus artículos, tampoco la elaboración de un discurso en un acto político o de recepción de ningún premio. De hecho, muy pocas personas pudieron presenciar el momento en el que Galeano se enfrentó a ese reto. Fue en Bolivia, en Llallagua, una región que vive, o más bien muere, de sus minas de estaño. Allí había ido Galeano, en el año 1971 enviado por el semanario Marcha. Fruto de sus vivencias con los mineros de esa región, escribió una extensa crónica donde narraba cómo era ser un proletario minero, sentenciado a morir temprano por la silicosis, oprimido por un gobierno dictatorial y las grandes corporaciones mineras que controlaban el país.

Galeano tuvo que enfrentarse al desafío una madrugada, cuando tras pasar una temporada con los mineros de Llallagua, llegó el momento de partir y dejar a los amigos. Y cuenta Galeano que, tras una noche de mucho beber y mucho contar chistes malos, cuando se acercaba el amanecer, la hora en que la sirena llamaba a sus amigos a la mina, se atrevieron a pedirle que les contase cómo era la mar. Y dice que pensó que “ninguno de ellos iba a verla nunca, todos iban a morir temprano, y yo no tenía más remedio que traerles la mar, la mar que estaba lejísimos, y encontrar palabras que fueran capaces de mojarlos.”

 

El fútbol

Quizás la imagen que mejor define el amor de Galeano por el fútbol, temática sobre la que escribió en todos sus libros, y a la que le dedicó El fútbol a sol y sombra, no la encontramos hasta un día después de su muerte. El 14 de abril de 2015, mientras Uruguay daba el último adiós a Galeano en el Salón de los Pasos Perdidos del parlamento, en la capital del país, uno de sus compatriotas, que seguramente lo conocía bien, colocó sobre la tumba una bandera del Nacional, equipo de fútbol de Galeano. A nadie se le ocurrió retirar esa bandera.

Anexo: Textos de Eduardo Galeano

Además de innumerables artículos periodísticos y ensayos políticos que han sido publicados en recopilaciones como Voces de nuestro tiempo: ensayos, entrevistasContraseña (artículos); o Nosotros decimos no. Crónicas (1962-1988), Eduardo Galeano escribió 18 libros que él mismo decidió resaltar por encima de sus demás escritos.

  1. Las venas abiertas de América Latina.

  2. Vagamundo y otros relatos.

  3. La canción de nosotros.

  4. Días y noches de amor y de guerra.

  5. Memoria del fuego. Volumen 1. Los nacimientos.

  6. Memoria del fuego. Volumen 2. Las caras y las máscaras.

  7. Memoria del fuego. Volumen 3. El siglo del viento.

  8. Nosotros decimos no.

  9. El libro de los abrazos.

  10. Ser como ellos y otros artículos.

  11. Las palabras andantes.

  12. El futbol a sol y sombra.

  13. Patas arriba. La escuela del mundo al revés.

  14. Bocas del tiempo.

  15. Espejos. Una historia casi universal.

  16. Los hijos de los días.

  17. Mujeres. (Póstumo)

  18. El cazador de historias. (Póstumo)

Consciente de la existencia del analfabetismo, decidió grabar él mismo gran parte de sus escritos con el fin de que pudiesen llegar a aquellos incapaces de leer.

Referencias y notas

  • El libro de los abrazos. Eduardo Galeano. 1989.

  • Nosotros decimos no. Eduardo Galeano. 1962-1988.

  • Las venas abiertas de América Latina. Eduardo Galeano. 1971.

  • Chile and the United States: Declassified Documents Relating to the Military Coup,

  • September 11, 1973, by Peter Kornbluh, National Security Archive Eectronic Briefing Book No. 8

  • https://nsarchive2.gwu.edu//NSAEBB/NSAEBB8/nsaebb8i.htm

  • Nixon: “Brazil helped rig the uruguayan elections,” 1971, by Carlos Osorio, National Security Archive Electronic Briefing Book No.71,

  • https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB71/

  • On 30th anniversary of argentine coup new declassified details on repression and U.S. support for military dictatorship, by Carlos Osorio. https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB185/index.htm

  • Memoria del fuego vol 1, 2 y 3. Eduardo Galeano. 1982, 1983, 1986.

  • Galeano en Cuba (Casa de las Américas) http://www.youtube.com/watch?v=pauHxytTuQ0

  • Los hijos de los días. Eduardo Galeano. 2012.

  • Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Eduardo Galeano. 1998.

  • El futbol a sol y sombra. Eduardo Galeano. 1995.

  • Voces de nuestro tiempo: ensayos, entrevistas. Eduardo Galeano. 1981.

  • Contraseña (artículos). Eduardo Galeano. 1985.

  • Bocas del tiempo. Eduardo Galeano. 2004.

  • Tejidos. Eduardo Galeano. 2001

Escrito por

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Carlos Granero Belinchón

Nacido en Cuenca (España), actualmente resido en Toulouse, donde me dedico a la investigación en ciencias físicas. La literatura es una de mis principales aficiones y me siento especialmente atraído por la literatura latinoamericana: Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges…

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